En momentos de aflicción no te calles, clama a Dios que Él te escuchará, te librará y te bendecirá.
7 Nosotros clamamos al Señor, el Dios de nuestros padres, y él escuchó nuestro ruego y vio la miseria, el trabajo y la opresión que nos habían impuesto. 8 Por eso el Señor nos sacó de Egipto con actos portentosos y gran despliegue de poder, con señales, prodigios y milagros que provocaron gran terror. 9 Nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, donde abundan la leche y la miel. (Deuteronomio 26:7-9 NVI)
No hay comentarios:
Publicar un comentario